ah, hell

welcome to my feast
time to start the
h e d o n i s m



give praise, for he has no equal


La voluntad del Arquitecto es incomensurablemente difusa. ¿Qué razones le empujaron a insuflar sustancia a la existencia, vida al vacío, sentido en la nada más absoluta? Todos esos conceptos surgieron de la palma de su mano, trazando cada una de las líneas que conforman todas las realidades... incluida la nuestra, naturalmente.

¿Dios? ¿Quién, el Arquitecto? Es una manera de verlo, pero Él se escapa a esas nociones mundanas. Sí, "Dios" no es más que otra de sus obras, al igual que los distintos mitos de la creación que se hilvanan en un sinfín de lenguas. Lo sé porque le conocí en su día, en aquellos cacareados albores del tiempo.

¿Omnipotente? En cierto modo.
¿Omnisciente? No mucho.
¿Buen samaritano? En absoluto.

worship him, a god has been born unto the world

cower in fear, he will not forgive any vice

¿No es curiosa la divina providencia que otorga a los que cuidan y limpian su pedestal con sudor, sangre y lágrimas? Dios no es la figura benevolente a la que las convenientes y sagradas escrituras aluden. Es un pobre diablo venido a más, como otros tantos.

Envidiando al Arquitecto, imitó su virtud y su pericia para crear el Jardín del Edén, su patio de juegos para tratar de descifrar cómo conseguía Él lograr semejantes hazañas, utilizando el mismo barro y el mismo polvo que Él. Hay cien versiones de la misma historia, pero todas concuerdan en que su más famosa creación fue Adán, el hombre primigenio. Algunas omiten cómo copuló con cada una de las especies animales existentes antes de llegar a la conclusión de que necesitaba una media naranja, que Dios se encargó de proporcionar con la materia robada del Arquitecto.

Lástima perderme tal anécdota, porque yo fui esa olvidada primera esposa de Adán, Lilith.

devote yourself, your fate is overwritten

¿La madre de todos los demonios? Sí, también. Aunque entre una cosa y otra hay no pocos capítulos de Adán y sus problemas de frágil ego. Fue una de las razones por las que me fui de allí y me negué en redondo a volver; ni él ni su padre eran plato de mi gusto, aunque no es de extrañar teniendo en cuenta que uno estaba hecho a la imagen y semejanza del otro...

La historia la escriben los vencedores. Podrás imaginarte la sarta de conveniencias que terminan siendo los relatos bíblicos. Algunas partes, sin embargo, son ciertas. Es verídico que alguien ayudó a Eva, la tierna ovejita de Dios, a descarriarse del camino que le había marcado. Es cierto que este hito trajo la muerte y la enfermedad a la raza humana. Y es veraz que, desde entonces, ésta lleva tragándose a pies juntillas los mitos e historias que les cuentan.

Qué interesante sería si alguien desequilibrara el status quo del mundo, ¿no es cierto?

Los engranajes de la realidad están comenzando a girar inexorablemente.
Puedo dar buena fe de ello.~

What is a god? Omnipotence given form


En el inconmensurable Jardín del Edén reinan dos árboles primordiales, cuyas semillas fueron olvidadas en su día por el Arquitecto. Uno, el de la Vida, proporciona la tan codiciada inmortalidad. El otro, el del Bien y el Mal, alternando ese regalo divino por el poder de la moralidad. Eso es lo que dicen, al menos. Por ello la muerte nunca logró llevarse a Lilith, no importa cuántas veces llamara a su puerta. Su propia creación había escapado de las garras de Dios en el mismo momento en el que renegó de su dominio, y no llegó a verse afectada por el castigo divino cuando se cometió el pecado primigenio.

El cuerpo de Lilith es vulnerable, al contrario que su espíritu. Incluso cuando sus huesos se rompan, sus músculos se desgarren y su sangre se pudra a la luz de la luna, su milenaria alma se desvanecerá al instante para reformarse como una nueva entidad. Quizá en otro tiempo, tal vez en otro lugar, pero con la certeza de volver a ver la luz del día.

Su posición diametralmente opuesta a lo divino la convierte en un arma natural en su contra, algo que se incrementa sin aparente límite cuanto mayor sea el grado de divinidad poseído por sus oponentes. Son aquellos completamente independientes de los dioses y sus dotes sobre los que no tiene poder alguno, más allá de su fragilidad natural.

La cercanía de Hëwl con el Arquitecto le permite crear, a su vez, cualquier tipo de estructura inanimada de efímero origen. Toman la forma de un aura rojiza con la cualidad de rasgar lo divino.

Siendo la madre de todos los demonios, Hëwl no ha perdido su capacidad para reproducirlos, con o sin la asistencia de cualquier criatura. No puede hacerlo indefinidamente, aunque sí en cualquier momento mientras lo haya gestado debidamente en su interior. Su útero no es físico; conceptualmente, existe en otro plano en el que todos entran, mas nadie sale.